Su principal queja es: “haga lo que haga, no puedo lograr dormirme, ni siquiera si veo la tele, puesto que me quedo horas así sin lograr nada, lea o haga actividad física, nada me resulta, incluso si tomo leche caliente, me tapo hasta la nariz y cuento ovejas, nunca logró dormir como debería”. Las pocas veces que logra quedarse dormido, suele durar unas pocas horas, para volver a despertar y le resulta imposible retomar el sueño. Al realizar la historia clínica de Juan Carlos aparece una sintomatología ansiosa (inquietud, irritabilidad y fatiga) desde hace algunos años, debido principalmente a cuestiones laborales, a esto se le suma que durante sus jornadas laborales tiene a quedarse sumamente dormido, por lo que al despertarlo menciona que “me pongo como diablo con el que se atreve a despertarme”, además de generarle mucha irritabilidad no poder descansar en su propia casa. Mediante una adecuada intervención psicoterapéutica, Juan Carlos comienza a lograr quedarse dormido en un periodo cada vez más corto de tiempo, además de comenzar a disminuir su sintomatología de irritabilidad y fatiga, por lo que menciona que sus relaciones laborales han mejorado considerablemente.