Todo no terminó. ¿Los traumas no tienen fin?
La vida de cada uno de nosotros atraviesa por momentos y circunstancias dolorosas o traumáticas que nos hacen pensar que nuestra vida no tendrá un final feliz. Vivimos evaluando el significado de nuestra vida en función de nuestros fracasos o limitaciones, los avances o triunfos suelen ser devaluados y poco significativos.
Pareciera que el evento traumático marco nuestra existencia, haciéndonos creer que no merecemos lo que anhelamos o soñamos. Nos culpamos como si fuéramos responsables, se nos olvida que en aquel momento no teníamos los recursos ni la fuerza para decidir.
Estas experiencias traumáticas van a mermar nuestra confianza, ya que nos conectan con la vulnerabilidad, sensación que impregna nuestro cuerpo y nuestra mente, por lo tanto, es normal que le temas al mundo y a la gente. El encierro físico y emocional nos impedirá ver todo lo hermoso que hay en el mundo, por un momento creemos que sólo existe lo que conozco, lo que me ha tocado vivir, y que lo entendí, como mi destino.
La baja autoestima florece ante estos eventos, ya que el amor hacia uno mismo en la infancia parte de lo que los otros piensan de mi, y por supuesto de lo que le hacen a mi persona. Se necesita de un trabajo profundo de autoconocimiento para formar una autoestima sólida, además el entender la historia de vida de quien me lastimó, nos ayudará a comprender que sus actos hablan de ellos y no de mí persona.
Creer que hay metas por alcanzar, personas a quien amar, momentos por disfrutar o retos que vencer es conectarnos con la vida, es entender a través de un proceso de encuentro con el dolor y el amor que luchan en nuestro interior, que la vida tiene un para qué vivirla.
CADE puede ayudarte a recuperar no sólo tu salud mental, también te ayuda a generar un proyecto de vida. CADE te ayuda a ver que todo no terminó.