SER VULNERABLE AL SUICIDIO

Elegir vivir y disfrutar la vida, muchas veces no puede partir de una decisión. Las personas sufrimos de enfermedades físicas y psicológicas que muchas veces limitan esta capacidad de elección.

Por ejemplo, las personas con trastorno límite de la personalidad suele ser especialmente vulnerables, pero durante una crisis son extremadamente frágiles, situación que les llevan a actuar de forma impulsiva, presentando una tendencia a cometer actos suicidas.

Entre el 8 y 10 por ciento de personas que lo padecen intentan suicidarse. El riesgo de suicidio parece ser mayor entre los veinte y los treinta años. La mayoría de estos pacientes intenta el suicidio en alguna ocasión y muchos de ellos se convierten en grandes repetidores, o se suicidan si no se les trata debida y oportunamente de forma psicológica y psiquiátrica.

Existe diversos factores a tener en cuenta en la evaluación de riesgo del suicidio y, desafortunadamente, muchos de ellos son a la vez características que se encuentran en el trastorno límite de la personalidad: la inestabilidad emocional, los problemas para manejar e identificar sus emociones, las relaciones inestables caracterizadas por tendencias que alternan entre extremos de idealización y decepción, la alteración de la identidad, es decir no saber quiénes son, la impulsividad que les lleva a no reflexionar, las conductas destructivas y los sentimientos de vacío que se generan con las constantes desilusiones que sufren y la falta de estabilidad en su vida amorosa, familiar, laboral y/o vocacional.

Además de forma paralela presentan abuso de sustancias, problemas cognitivos en momentos de estrés, escasa tolerancia a la frustración y problemas de autoestima que suelen ser motivos que les llevan a ser sujetos especialmente vulnerables al suicidio.

Padecer un trastorno psicológico y/o psiquiátrico, no es fácil, y menos si decidimos enfrentarlo sin ayuda.