¿Cómo manejar la depresión?
Padecer depresión puede significar algo “malo”, usualmente se asocia con ser débil, vivir en la
vergüenza, sentirse humillado o ser tontos o poco capaces. Estas atribuciones terminan por
lastimar más a las personas que animarlas a pedir ayuda. La depresión no sólo es “algo que está en
la cabeza de las personas” o “la falta de ganas para salir adelante”, es una enfermedad que limita
la vida de quien lo vive.
Ver la vida a través de los lentes de la depresión implica que las personas se sientan más
vulnerables, tengan dificultades para realizar sus actividades diarias e incluso que su cuerpo se
sienta abatido y fatigado ante el más mínimo esfuerzo.
Existen múltiples causas en relación al origen de la depresión, principalmente se detona a raíz de
situaciones de vida que generen estrés y ansiedad. Revisar la historia personal, explorar el
desarrollo de los síntomas y la funcionalidad de estos, puede generar estabilidad emocional en la
persona.
El constante esfuerzo del cuerpo por preservarse y no contactar situaciones que puedan implicar
un sentimiento que “desborda”, puede consumir la energía vital, agudizando síntomas como:
tristeza, llanto, fatiga, reducción de intereses, asilamiento, pérdida del apetito sexual, miedo y/o
preocupación excesiva.
Si ya identificaste que presentas algunos de los síntomas, o te has dado cuenta de que alguien
cercano a ti lo padece, aquí te dejamos algunas recomendaciones para cuidarte y atenderte.
- Ponte en manos de profesionales de la salud mental, que te ayuden a entender tus síntomas.
- No te recrimines o pelees contigo, recuerda que tú no decidiste enfermar.
- Cuídate de los consejos con “buena intención”, muchas personas intentaran animarte y apoyarte pero aunque parezca que son inofensivos muchos de esos comentarios pueden ser hirientes, sobre todo si no conocen bien tu situación. Aprende a pedir ayuda y expresar lo que necesitas.
- Realiza ejercicio o una actividad que disfrutes por lo menos una vez a la semana, no olvides no saltar comidas y procura no saturar tu agenda.
- No te presiones en resolver más pronto una situación conflictiva. De nada sirve tomar decisiones que después pueden generarte consecuencias desagradables.
- Reconoce tus pequeños logros.
No olvides que CADE puede ofrecerte el tratamiento adecuado a tus necesidades emocionales.